Un parche ocular se utiliza en el tratamiento de una abrasión corneal (una raspadura en la superficie del ojo) principalmente para dos funciones clave:
- Protección: Actúa como una barrera física, protegiendo el ojo lesionado de irritantes externos como el polvo, el viento o la luz excesiva, que podrían agravar la lesión o causar más dolor.
- Promover la Curación y Aliviar el Dolor: Al cubrir el ojo, el parche ayuda a inmovilizarlo. Esto reduce el parpadeo constante y el movimiento del ojo, lo cual es esencial para que la superficie raspada (la córnea) pueda regenerarse y curarse más rápidamente. Además, al eliminar el parpadeo y la exposición a la luz, el parche alivia significativamente el dolor y la incomodidad que produce la abrasión.